Manejamos el BYD Atto 8, una nueva propuesta de performance, eficiencia y lujo en México

Alonso Brugada

BYD sigue incrementando su presencia y portafolio en México, ya que hace unos días introdujeron al BYD Atto 8, un SUV mediano que abonará al crecimiento de la marca, gracias a características que podrían ser bien recibidas por un tipo de cliente específico. Ya lo pudimos manejar y estas son las primeras impresiones 

El BYD Atto 8 se posiciona en un segmento que no es de mucho volumen, pero sí es muy competido y por eso los fabricantes se esfuerzan por ofrecer productos completos, algo en lo que este modelo de origen chino obtiene una nota positiva.

Por fuera vemos un diseño estético y fluido, con rasgos que lo reconocen inmediatamente como un BYD. Destacan los faros divididos y la pequeña parrilla con acabado metálico y una barra LED que une visualmente la iluminación diurna. Además, las puertas delanteras tienen unas salidas de aire simuladas, que le quitan la simplicidad al diseño. 

La parte trasera de BYD Atto 8 se asemeja a la retaguardia de BYD Tang, aunque con unas luces con un diseño más esbelto y una firma visual que se entrelaza. Punto curioso, la luz de freno solamente son dos discretos elementos localizados hacia el emblema central, por lo que el tejido visual sólo se aprecia con claridad en la noche. 

Por dentro encontramos tres filas de asientos y espacio para 7 pasajeros, aunque en la última fila no hay mucho espacio. Lo que sí es de aplaudir es el nivel de equipamiento, comodidad y espacio que van a gozar los pasajeros de las primeras filas, pues la única versión a la venta en México tiene un nivel de equipo muy generoso. 

La lista es extensa, pero lo más importante en BYD Atto 8 es el cuadro de instrumentos digital, head-up display, pantalla de 15.6” con interfaz de Google integrada, cargador inductivo de 50W (realmente carga el teléfono), iluminación ambiental con 128 colores, sistema de audio con 21 bocinas, karaoke, e incluso asientos con ventilación, calefacción y masaje en los asientos delanteros y en los dos laterales traseros. 

Debemos hacer un paréntesis en la segunda fila, ya que por donde se vea o palpe nos encontramos con buenos acabados y materiales, además los viajes resultan realmente placenteros, gracias a unos asientos suaves que en ningún momento se tornan incómodos (menos al usar el masaje), y a un enorme espacio para las piernas. El confort también se eleva gracias a que tenemos un control del climatizador (es de tres zonas), salidas de aire superiores y asientos reclinables y con ajuste longitudinal. Tal vez pecando de exigencia, lo único que podríamos pedir son unas persianas de privacidad, pero realmente no hacen falta. 

La mecánica de BYD Atto 8 es un punto y a parte, porque este vehículo se suma a la familia de híbridos enchufables de la marca, estrenando el sistema DM-p (Dual Mode perfomance). Lo anterior quiere decir que el tren motriz de este SUV está enfocado en el desempeño y no tanto en el ahorro de combustible, como en los DM-i, aunque eso no significa que no ahorre combustible. 

Debajo del cofre de BYD Atto 8 hay un motor de 4 cilindros 1.5L turbocargado, que se acompaña de dos motores eléctricos (uno en cada eje) y una batería de 35.6 kWh. La potencia en conjunto llega a 480 caballos de fuerza, los cuales se entregan casi de manera instantánea la mayor parte del tiempo. 

Se nota que el sistema está desarrollado para priorizar el impulso eléctrico, lo que se traduce en aceleraciones rápidas y contundentes (la aceleración oficial de 0 a 100 km/h la realiza en 4.9 segundos) y en un manejo ágil. Esto se nota principalmente en rebases o incorporaciones, y el resultado es toda una sorpresa, pues el vehículo tiene una masa de 2,650 kg en vacío (es muy pesado). 

A una velocidad constante, el BYD Atto 8 tiene una marcha cómoda y enfocada en elevar al máximo la eficiencia, pues incluso “desconecta” el eje trasero. Sin embargo, el refinamiento decae en cuanto se le exige al acelerador o cuando la batería se encuentra debajo del 40% de la capacidad, ya que el motor a gasolina empieza a trabajar constantemente y no es nada silencioso. Incluso con darle un pequeño toque al acelerador suben mucho las rpm. 

Lo que sí hay que reconocer es que el desempeño no se merma, y la suspensión permite un buen desempeño en curvas, aunque aún así es notable la transferencia de pesos. Eso sí, no es un vehículo en el que debas estar buscando los límites dinámicos, pues más allá de zangolotear a los pasajeros, la enorme masa podría sobrepasar los límites de la física y darte un buen susto. 

Al ser una prueba de manejo de un día, no pudimos probar correctamente el consumo de combustible ni la autonomía. Oficialmente, el BYD Atto 8 promete 152 km de rango eléctrico y una autonomía de más de 1,000 km con un tanque de gasolina. 

Por último, la seguridad también es prioridad en BYD Atto 8, ya que ofrece 11 bolsas de aire y varias asistencias avanzadas a la conducción (ADAS), como luces altas automáticas, detector de colisión frontal con freno de emergencia, control crucero adaptativo con stop & go, mantenimiento de carril, detector de punto ciego, entre otras. También hay que mencionar que es el primer BYD que monitorea la fatiga del conductor, mediante una cámara localizada en el poste A.  

BYD Atto 8 ya se encuentra a la venta en los distribuidores, y a partir de ahora será el SUV de tres filas más importante, ya que reemplaza indirectamente a Tang, el cual se mantiene a la venta, pero bajo pedido. Atto 8 compite contra modelos como Toyota Highlander, Mazda CX-90 o Kia Sorento, por mencionar algunas, y tiene un precio de $1,199,800 pesos

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