La guerra estalló entre Irán, Israel, y ahora también Estados Unidos. En medio de los bombardeos constantes, Israel ha decretado que todos los autos eléctricos importados al país se mantengan lo más lejos posible de sus puertos, pues sabe que pueden convertirse en napalm imposible de apagar.
Las autoridades israelíes temen que un solo misil iraní impacte en los puertos de Haifa o Ashdod, donde miles de vehículos eléctricos permanecen almacenados. Una chispa en un puerto lleno de EVs podría desatar un incendio incontrolable, agravado por las características de sus baterías, que arden a altísimas temperaturas y son extremadamente difíciles de extinguir.
La Administración de Puertos y Navegación de Israel ordenó a las empresas importadoras preparar la evacuación de estos vehículos. Según reportes de The Maritime Executive y Carscoops, la intención es moverlos a grandes terrenos abiertos, lejos de infraestructuras críticas, donde un eventual incendio no represente un riesgo mayor. Las autoridades no están dispuestas a arriesgar millones de toneladas de carga ni las vidas de quienes trabajan en los puertos más activos del país, como el de Haifa, por donde transita la mayor parte del comercio marítimo israelí.
La preocupación no es infundada. Los ataques entre Israel e Irán no han dado tregua en las últimas semanas. Tras el asalto israelí a instalaciones nucleares iraníes, Teherán ha lanzado más de 400 misiles y cientos de drones contra territorio israelí, alcanzando incluso Tel Aviv y Haifa. El pasado domingo, casi 30 proyectiles impactaron zonas residenciales, lo que obligó al cierre de escuelas y restricciones en reuniones públicas.
De autos eléctricos a armas de guerra
El miedo a los autos eléctricos en tiempos de guerra no es exclusivo de Israel. En agosto de 2024, medios internacionales documentaron cómo en Ucrania, un grupo militar improvisó un explosivo con la pila de hidrógeno de un Toyota Mirai. Ese componente, originalmente diseñado para la movilidad eléctrica, terminó como parte de una bomba terrestre utilizada contra una posición rusa en la región de Járkov. Los videos mostraron cómo el dron que transportaba el artefacto atravesó una vereda hasta su objetivo, lo que dejó claro que los autos eléctricos pueden ser reciclados como armas letales.
Mientras la escalada en Medio Oriente continúa, Israel no quiere descubrir de la peor manera que un puerto lleno de autos eléctricos puede ser un blanco perfecto. En un escenario de guerra, incluso los vehículos diseñados para un futuro limpio pueden volverse un riesgo explosivo.