Golden Sahara II, el primer vehículo semi autónomo reaparece completamente restaurado

El Auto Show de Ginebra estuvo plagado de lanzamientos y novedades. Si no te has enterado de todo lo que se develó, entonces te invitamos a ver nuestro resumen en fotos. Entre todos los autos que se presentaron hubo uno que sobresalió por ser un clásico muy singular: el Golden Sahara II. Hablamos de él hace poco más de un año y si aún no sabes de qué va la cosa entonces déjanos refrescarte un poco la memoria.

El Golden Sahara II fue originalmente un Lincoln Capri modelo 1953 que durante la década de los 60 cayó en manos de George Barris, uno de los modificadores de autos más famosos de todos los tiempos, artífice de legendarios modelos, entre ellos, el auto de la Pantera Rosa y del Batimóvil original de 1966.

Luego de un accidente bastante fuerte, Barris pidió ayuda a su amigo Jim Skonzakes para reconstruir el auto, pero muy al estilo del experto en modificaciones. De esta forma, el Golden Sahara II comenzó a tomar una forma muy singular, con un techo de media burbuja y una pintura tornasol con escamas de oro de 24 quilates. Al igual que todos los autos modificados por Barris, el Golden Sahara II fue exhibido en múltiples eventos.

Más allá de su pintura, el vehículo constaba de algunos elementos de manejo que podrían considerarse semi autónomos, como un sistema de frenado a base de sensores colocados en la defensa frontal, dirección electrónica variable, palanca de aceleración inspirada en los aviones y frenos y dirección modificadas para funcionar de forma autónoma.

El auto apareció en algunas películas de la época hasta que un buen día desapareció y se perdió en el olvido...hasta hace algunos meses cuando fue encontrado y subastado. Luego de algún tiempo a la sombra el Golden Sahara II hizo su reaparición de forma espectacular en el Auto Show de Ginebra, mostrando un increíble trabajo de restauración llevado a cabo por Goodyear y Klairmont Kollections.

Si te preguntas qué tiene que ver Goodyear en este asunto. Ah, es que ese fue el fabricante que aportó los neumáticos para el modelo original y lo volvió a hacer una vez más, solo que en esta ocasión dotó al coche clásico de unas llantas semi transparentes, de brillante color amarillo (o naranja), con una peculiar iluminación interior y que se complementan con unos singulares rines con forma de turbina.

Los creadores afirman que contaron con la ayuda de Speakeasy Customs and Classics de Chicago para llevar a cabo esta increíble transformación.

En Motorpasión México: Golden Sahara II, a subasta el primer “vehículo autónomo” de la historia

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