La epidemia del Coronavirus COVID-19 sigue creando problemas a nivel mundial. Los más graves son los de salud, sin embargo, también ha causado estragos en el mundo de los negocios, producción y servicios. En este caso uno de los más sonados es el problema que la industria petrolera está viviendo y que la ha llevado ver una reducción en la demanda por primera vez desde la recesión de 2009.
Esta reducción se debe al cierre de fábricas, la baja en ventas de autos, la disminución del uso de los vehículos, las bajas en vuelos, entre muchos otros. Esto ha ocasionado que el de un día para otro el valor promedio de algunos tipos hayan visto caídas de hasta un tercio de su valor, algo que no se veía desde la Guerra del Golfo en 1991.
Esto ha iniciado una batalla comercial entre algunas naciones con altos niveles de producción de petróleo y en este caso, Arabia Saudita es quien ha generado más fricción con Rusia al cancelar un acuerdo en el que se buscaba bajar la producción para no crear un exceso de oferta cuando existe poca demanda. Al suceder esto el precio del petróleo no bajaría tanto.
Arabia Saudita por su parte decidió anunciar un aumento de producción para abril y a la vez recortó el precio de venta de su petróleo. Esto ha causado que el valor por barril de varias regiones tenga afectaciones. Si bien esto podría significar un leve descenso en el precio que se ve en las bombas de gasolina de algunos países, también puede significar un problema para muchos otros productores de petróleo, incluyendo México, cuya moneda se ha debilitado frente al dólar debido a la incertidumbre que se vive en la industria petrolera actualmente.
Con información de | El Economista