Luces amarillas, alguna vez fueron tradición y hasta apoyo en la guerra, hoy sólo viven en las carreras

Si tuviste la fortuna de visitar Francia a inicios de los 90 o antes, seguramente habrás notado que en las noches casi todos los autos emitían una luz amarilla de los faros, en lugar del clásico color blanco. Si no es así, probablemente hayas notado que en categorías de resistencia algunos autos compiten con faros tintados de amarillo.

En el mundo de las carreras es común que en campeonatos multi clase, las más lentas los usen como referencia a dichas clases, para que cuando los pilotos vean una luz blanca, sepan que un auto de clase alta y mucho más rápido está aproximándose, evitando hacer maniobras de defensa y facilitando el paso a los mismos. Pero, ¿por qué se popularizaron tanto en Francia durante tantas décadas?

Es difícil tener una certeza total en este tema, aunque hay una teoría que es mucho más popular que las demás. Esta dice que en los 30, un decreto hizo que todos los autos adoptaran la iluminación amarilla, ya que ayudaba a ver mejor en la noche, lluvia, niebla y en las nevadas. Después durante la Segunda Guerra Mundial, los vehículos de las tropas francesas tintarían los faros por unos de color amarillo, para que en las noches pudiera distinguirse más fácil si se acercaba un vehículo aliado de uno alemán, de igual forma, si un auto francés con civiles se aproximaba.

Una razón más es que las luces amarillas no deslumbran tanto a los demás conductores. Sin embargo, las luces amarillas no llegan tan lejos como las blancas.

A todo eso se le sumó que se volvió algo característico del país. Las primeras causas nunca pudieron ser comprobadas como mejores para volverse un parámetro a seguir en el resto de Europa. De hecho, la luz amarilla pierde un 10% de luminosidad respecto a la blanca, cosa que a simple vista es apenas notorio y no representaba un gran riesgo.

Cuando los faros funcionaban con tungsteno apenas era necesario tintar el cristal de los focos, sin embargo, con cuando los faros de halógeno llegaron, se necesitaba añadir una cobertura extra de cristal tintado, lo que limitaba aún más la intensidad de la luz.

Dicha modificación a la iluminación duró hasta 1993, dónde por ley y para cumplir con lo mandado por las reglas de seguridad vial de la Unión Europea, se debió abandonar el uso de las luces amarillas en favor de las tradicionales blancas. Autos anteriores a 1993, aún pueden circular legalmente, pero si un auto posterior a 1993 lo hace, puede ser detenido y castigado, ya que se considera ilegal.

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